¡HOLA!
Hoy os vengo a hablar sobre el autor Kennedy Toole y sobre su obra La conjura de los necios.
John Kennedy Toole fue un novelista estadounidense, autor de La conjura de los necios, obra ganadora del Premio Pulitzer de ficción en 1981. Se suicidó en 1969 a los 31 años tras no conseguir publicar esta novela, siendo posteriormente publicada con enorme éxito en 1980 gracias a la insistencia de su madre, Thelma Toole.
Toole aparcó su vehículo en un lugar solitario, a las afueras de la localidad de Biloxi, en Misisipi, no muy lejos de las costas del Golfo de México. Dejó una nota a la vista “para sus padres” y el motor al ralentí, se apeó, introdujo el extremo de una manguera por la ventanilla de atrás después de haberla conectado al tubo de escape, volvió dentro del vehículo y esperó a que el monóxido de carbono le adormeciera y acabara con su vida. Era marzo de 1969; Toole jamás pudo saber que luego haría pasar uno de los mejores ratos de su vida a multitud de personas en el mundo entero, y seguro que ya para siempre, una y otra vez, conforme las generaciones se sucedan.
La conjura de los necios está ambientada en Nueva Orleans y sus bajos fondos. Su figura central es uno de los personajes más memorables de la literatura norteamericana: Ignatius Reilly –una mezcla de Oliver Hardy delirante, Don Quijote adiposo y Tomás de Aquino perverso, reunidos en una persona–, que vive a los 30 años con su estrafalaria madre, ocupado en escribir una extensa y demoledora denuncia contra nuestro siglo, tan carente de «teología y geometría» como de «decencia y buen gusto»; un alegato desquiciado contra una sociedad desquiciada. Por una inesperada necesidad de dinero, se ve «catapultado en la fiebre de la existencia contemporánea» embarcándose en empleos y empresas de lo más disparatado. Los personajes secundarios son tan exóticos (y neuróticos) como los de una película de los Marx Brothers: Darlene la stripteaseuse de la cacatúa; Burma Jones, el quisquilloso portero negro del cabaret Noche de Alegría, regentado por la rapaz Lana Lee, quien completa sus ingresos como modelo de fotos porno; el patrullero Mancuso, el policía más incompetente de la ciudad; Myrna Minkoff, la estudiante contestataria, amiga de Ignatius; Dorian Greene, un líder de la comunidad gay; la desternillante octogenaria Miss Trixie, siempre enfurecida porque no le dan la jubilación... y tantos otros personajes inolvidables.
A partir de esta información, me gustaría hacer una reflexión sobre la manera de tomar una decisión.
Cuando una persona toma una decisión, está influida por varios factores, como por ejemplo los amigos, familia, ya que ellos van a decirte lo que crean mejor para ti aunque en algunos casos la gente envidiosa es capaz de influenciarte para mal solo para que no consigas tus objetivos. A parte de personas, también puede influir todo tipo de cosas que estén a tu alrededor como por ejemplo tu situación económica, las redes sociales... Muchas veces queremos tomar una decisión pero no se puede por distintas circunstancias como por ejemplo la situación económica como he dicho antes ya que no todos tenemos las mismas posibilidades y no podemos hacer lo que más queremos.
La mejor manera para tomar una decisión es haber meditado bastante en ella y tener claro lo que vas a hacer y lo que no. En mi opinión, prefiero tomar las decisiones sin pedir cuentas a nadie ya que si lo cuento me darán su opinión y puedo llegar a cambiar mis pensamientos iniciales. A las únicas personas que contaría una decisión importante sería a mi familia porque sé que ellos serían sinceros conmigo.
Al tomar una decisión existe un coste de oportunidad ya que estamos renunciando a otras opciones y, a parte de decisiones importantes también están las que hacemos día a día, si comer o no, ir a clase o no (en esta ocasión la influencia de otros compañeros es muy alta) o cualquier cosa que se ponga en nuestro día.
Os dejo aquí el pdf del libro del que os he hablado antes por si os ha causado curiosidad y queréis leerlo. Espero que os guste.